Venezuela.- En los últimos días el régimen bolivariano comenzó a emplear la restricción en cuanto a la libre expresión Evangélica, el actual Presidente y Dictador Nicolás Maduro pidió categóricamente un castigo a todo aquel que se junto para orar en publico contra la corrupción del régimen chavista.
Víctor Hugo Basabe, conocido como un obispo de San Felipe, el pasado domingo en el Estado de Yaracuy, convoco a los lideres cristianos a un gran clamor por Venezuela “por la alta corrupción que se vive en dicha nación, la cual lo tiene en crisis”.
Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, de igual manera pidió que Venezuela fuesen libros de la hambruna y de la corrupción, “En ningún momento creímos en la miseria”, asevero.
De manera diferida fueron publicados en Internet lo cual se pueden apreciar que por ambos partes fueron elogiados por los religiosos. Por otra parte Nicolás Maduro, catalogo las declaraciones como un “sutil ataque al régimen bolivariano” y pidió a los agentes de seguridad investigar este caso.
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Las palabras del Dictador Venezolano fueron: “Este obispo que se ha creído llamando al pueblo chavista peste, ellos deben analizarse, si sus palabras de estas dos personas, no provienen del odio y la mentira lo cual puede provocar un caos”.
Posteriormente a su discurso, Maduro, apelo a un discurso cristiano. Alegando que los venezolanos son cristianos y “no creemos en intermediarios”. Y mucho menos de los diablos vestidos con sotana. Creemos fielmente en Dios y en su Hijo Cristo. Recalco, que ese diablo de sotana solo quiere “crear el odio y la disputa en el pueblo venezolano”.
¿Serán estos los tiempos de persecución?
Una de las cosas que sufriríamos los cristinos es la persecución por parte del mundo, “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Mateo 10:22
“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Mateo 24:9-10
